Spiderbot: mi ilusión (Primer reto)

El primer reto que nos han presentado en #moocbot, ha sido un gran reto, pero un RETO en mayúsculas, un RETO personal

Antes de iniciar el curso y ver que se ofrecían distintos niveles, tenía claro, o eso creía, que pertenecía al nivel Boldbot, es decir, ese colectivo que aunque no tiene ni idea, se atreve con todo, pero, al final, este reto ha conseguido dibujar en mi cara una gran sonrisa Probot, eso sí, sin librarme de los agobios y de los "no puedo", "donde me he metido" y "vaya manera de complicarme yo sola".

Realmente he experimentado, a la par que mi robot cobraba forma y vida, una evolución de actitud y me ha encantado.


Al leer los distintos niveles, el reto Boldbot se quedaba muy por debajo de mis inquietudes y aunque fue tentador ir a lo fácil (no andaba bien de tiempo, tenía mucho ajetreo en el colegio en esos días, ya tenía un robot de cartón medio hecho y mis conocimientos electrónicos son escasos), me gusta salir de mi zona de confort, probarme y ver de qué soy capaz, así que me lancé, sin mirar niveles, a ver qué era capaz de hacer.

Lo primero que hice fue buscar información por Internet y ver algunas creaciones de compañer@s aventajados. 

Me llamó la atención esta simpática araña, pero como también había visto varios vídeos en los que aprovechaban el motor vibrador de un móvil, pensé que si lo sumaba todo en uno, tendría una araña que andara y cuya vibración haría que las luces parpadearan.

Por si queréis animaros a montar vuestro Spiderbot, los materiales que he utilizado han sido:

- 2 pilas de 3V cada una.
- 2 LED de color rojo.
- 1 cuerda de guitarra.
- Cable fino positivo y negativo.
- 1 interruptor.
- 1 motor vibrador (de móvil).
- 1 alambre de felpilla.
- 2 pompones pequeños.
- 2 ojos móviles.
- 1 tapón.

Y para montarlo he necesitado:

- Punzón.
- Pistola de silicona.
- Silicona.
- Soldador.
- Estaño.
- Tijeras.
- Alicates de punta.
- Cinta adhesiva.

Lo primero fue buscar móviles viejos. He de decir que el primero que abrí tenía un motor vibrador con forma de pila y que me fue imposible extraer. En el segundo, hubo mejor suerte, pero al intentar montar el robot, al no contar con soldador y unirle los cables con cinta adhesiva, de manipularlo tanto, se acabó rompiendo, fue entonces cuando entré en la fase de "pero por qué me complico yo sola" y me desanimé bastante, me sentí superada. Días más tarde, lo retomé, busqué un nuevo móvil y esta vez todo vino rodado, aunque tengo que apuntar que le he dedicado bastantes horas.

Este móvil fue bastante fácil de abrir:


Y rápidamente localicé el motor:



Con ayuda y un soldador le uní los cables:


El siguiente paso fue crear el circuito con la pila y el interruptor:


Corté los cables del motor y reutilicé uno de ellos para unirlo a la pila con cinta adhesiva. Cerré el circuito y comprobé que funcionaba:


Con unas tijeras le hice dos ranuras a un tapón, una para acoplar el motor y otra para el interruptor:


Con una pistola de silicona coloqué la pila en el fondo del tapón y el motor e interruptor en los huecos que había hecho con tijeras, este fue el resultado:




El siguiente paso ha sido el más difícil, pese a que, a priori, parecía bastante sencillo: pegar los LED de manera que cuando las antenas, hechas con cuerda de guitarra, rozaran uno de sus extremos, estos se encendieran.

Primero corté la cuerda de guitarra, le di forma de U y lo pegué con silicona en el polo positivo de la pila a modo de antenas. Luego pegué la pila a la parte superior del tapón:


Como se aprecia en la imagen doblé el polo positivo de los LED hacia arriba. 

Con cinta adhesiva pegué los polos negativos de los LED en el negativo de la pila y di forma a las antenas para que al vibrar, tocaran el polo positivo y las luces se encendieran. Quedó de esta manera:


Con la ayuda de un punzón hice seis agujeros alrededor del tapón y corté seis trozos de alambre de felpilla para hacer seis patas.


En la foto se pueden apreciar dos tubitos hechos de una pajita que coloqué en los polos positivos de los LED para evitar que entraran en contacto todo el rato con las antenas y se estuvieran encendiendo.

Uno a uno, fui echando silicona en cada agujero para meter una de las patas, hasta conseguir unir las seis. Durante este proceso, los LED se despegaron:


Con ayuda, volví a poner los LED, esta vez con silicona. He de decir, que tuve que repetir varias veces el proceso porque en algunos casos la silicona impedía hacer bien el contacto con la pila y los LED no se encendían:


Para terminar pegué unos ojos a unos pompones con silicona y estos al tapón:


Y así de simpático quedó Spiderbot:


En el siguiente vídeo podéis verlo en acción:

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El plan de pensamiento computacional, ¿una necesidad compensadora?

¿Pensamiento computacional?... A más de un@, al leer estas palabrejas, nos ha invadido cierta incertidumbre de si podremos con los retos que nos plantea este curso, o si por el contrario, nos viene grande.

Lo cierto es que, por la parte que me toca, siempre me han gustado los retos y embarcarme en mundos que, aunque no domine, creo que pueden tener un gran potencial para usarlos en el aula y seguir motivando, tanto a mi alumnado, como a mí misma, y la robótica y programación no se escapa a ello.

Fuente: flickr.com Autora: Camille Rose

Primero empecemos por saber qué es el pensamiento computacional.

Según la Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación (ISTE) y la Asociación de Docentes en Ciencias de la Computación (CSTA), en colaboración con líderes de educación superior, de la industria y de la educación escolar, la definen como:


Fuente:  Slideshare. Autor: Alcibíades Batista González


Esta definición ya pone de manifiesto importantes características que justifican por qué es necesario implementar su uso en los centros educativos: fortalece la confianza y persistencia ante complejidades, enseña a saber manejarse en situaciones difíciles y buscar soluciones, promueve el trabajo en equipo y el saber comunicar,... Habilidades más que necesarias para saber vivir y desenvolverse en sociedad. Además, sirve para reforzar conocimientos de las distintas materias y áreas educativas, desarrolla la memoria y capacidad de retención y planificación, crea entornos de aprendizajes interactivos (aprender haciendo) en el que el alumnado no es un mero espectador, fomenta la creatividad, permite aprender jugando,...

Pese a todas estas ventajas, para una parte importante de la sociedad, esta potencialidad sigue siendo desconocida. Lo he podido comprobar durante estos días en mi centro, el cual, en este curso escolar ha ofrecido la programación  y robótica como actividad extraescolar  y que finalmente se ha descartado al no recibir ni tan siquiera una sola solicitud. 

Por otro lado, la gran traba para su implementación en el aula es su coste, lo que reduce su incorporación a las aulas a unos pocos centros que deciden invertir en este tipo de tecnología o a algun@s docentes que rascan su bolsillo para poder hacer real un aprendizaje adaptado a los tiempos en los que vivimos.  

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¡De vuelta!

Tras un año y medio en el que este blog estaba adormecido, vuelvo a recuperarlo, para introducirme en el mundo de la robótica y programación con muchas ganas, entusiasmo, ideas e incertidumbres.

¡Empecemos!

Fuente: gifss.com

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Pleneando y más... La historia de mi PLE


En estas palabras se podría resumir lo que ha supuesto para mí, mi paso por #eduPLEmooc.

He leído, y mucho, entre los enlaces proporcionados por el curso, los de búsqueda propia y los aportados por los compañer@s.

Con todo lo leído e intercambiado, junto con el uso de nuevas herramientas y tareas y actividades propuestas, he ido aprendiendo, lo que también ha ido in crecendo mi entusiasmo e inspiración, al escuchar en palabras de mi patio tuitero intereses e ideas compartidas.

En definitiva #eduPLEmooc me ha sabido guiar para mejorar mi capacidad de enseñar, de educar, ha sabido ramificar mi PLE:



Aunque el balance de #eduPLEmooc es bastante positivo me gustaría resaltar los siguientes aspectos:

- Estupenda organización y completa secuenciación de actividades.
- Proporciona información, tutoriales,... suficientes para poder realizar con éxito las tareas y actividades propuestas.
- Efectiva resolución de problemas por parte de los tutores o de los #mentoresPLE, figuras clave creadas en el curso.
- Respeta los tiempos y ritmos individuales al no marcar plazos cerrados de entrega de actividades.
- La evaluación entre pares es un gran acierto que fomenta la reflexión y empatía, entre otros.
- Potencia la interacción, colaboración y ayuda entre participantes a través de las redes sociales y plataforma de debate.
- Los #MOOCafé, porque las desvirtualizaciones estrechan lazos.

Como aspectos a mejorar señalaría:

- Aumentar el tiempo de duración del curso, espaciando las unidades, para poder abarcar todo el conocimiento que se genera y poder así asimilar e integrar adecuadamente las herramientas aprendidas.


- Incluir como requisito en las evaluaciones entre pares, el realizar comentarios. La nota no deja de ser un número, lo que realmente te hace aprender son los comentarios que te pueden dejar, indicando en qué podrías mejorar.


No puedo más que felicitar y agradecer a los organizadores, David, Diego y Clara por haber hecho posible esta oportunidad de aprendizaje y, por supuesto, a tod@s vosotr@s, compañer@s, por vuestro esfuerzo, ganas de aprender y por creer que el cambio es posible.

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Desvirtualizando en #MOOCaféSevilla


El día 20 de febrero, #eduPLEmooc cobró una nueva dimensión, al conseguir que alrededor de 60 sedes, localizadas tanto en España como en América, celebraran simultáneamente un #MOOCafé, ya fuera presencial o a través de hangouts, un hecho insólito y único hasta el momento. 


Como era de esperar, la idea tuvo una cálida acogida, pues tras semanas de tan duro trabajo y aprendizaje compartido, había ganas de desvirtualizar a algunos con quienes hemos recorrido este curso.

El día antes a tal evento, tuve el placer de poder participar en un hangout para ir abriendo boca, junto a @eusebiocordoba, @maestrojcarlo y @AnaOtrj en el cual, como pude comprobar días más tarde, se repetirían incertidumbres, reflexiones y conclusiones que muchos de nosotros compartimos.


Pese a los nervios iniciales, supuso una experiencia muy gratificante y una gran dosis de adrenalina al encontrar "tu claustro" en la red, lo que me sirvió de impulso para el #MOOCaféSevilla al que asistiría al día siguiente, el cual, contaba además, con una connotación personal: el reencuentro con una compañera (Yolanda) tras 3 años sin vernos.



La acogida y trato del anfitrión Manuel J. Anguita, logró que el encuentro discurriera de forma fluida. Nos fuimos identificando con unas etiquetas, mientras nos íbamos presentando e intercambiando sensaciones sobre el curso.

A su vez, estábamos conectad@s a otros #MOOCafé y Twitter.

Luego nos adentramos de lleno en el guión que Manuel elaboró en base a los interrogantes señalados en el curso:

-  ¿Cómo te gustaría que fuese tu escuela o centro educativo?
- ¿Cómo debería ser la Educación del siglo XXI? ¿En qué tendría que cambiar?
- ¿Qué se puede hacer desde la Escuela para que la Educación sea un asunto importante para toda la comunidad, y no sólo de los docentes o de padres y madres?

Graciais a Eugenia, aquí podéis escuchar parte de nuestra conversación:

Como puntos esenciales, a destacar de entre todo lo hablado y que se puede ver con más detalle en el storify, se encuentra la necesidad de un cambio metodológico que implique a todo el claustro y que cuente con el apoyo directivo del centro, que permita innovar y ofrecer aprendizajes adecuados a las necesidades del alumnado, atendiendo a su diversidad e intereses, sin olvidar, la necesaria alfabetización digital del alumnado, que pese a estar más relacionados con los dispositivos tecnológicos actuales, precisan de orientación para un uso diverso, adecuado y crítico de los mismos para lo que el profesorado ha de estar formado. Nuestra profesión es para apasionados y no nos podemos permitir el lujo de acomodarnos.




En definitiva, estos encuentros son muy enriquecedores ya que permiten compartir, aprender y encontrar otros docentes que te hacen sentir menos sol@ y que una vez que los pruebas, siempre acabas por repetir.

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